FOTOS: Pedro Martínez

El entrenador de la Academia y preparador físico del Club Balonmano Alcobendas, Nacho Torrescusa, no continuará la temporada que viene y da el relevo a Íker Leal y Elena Andrino en el área deportiva. Nos deja una emotiva carta de agradecimiento y despedida.

Nacho Torrescusa Alarcón, actualmente preparador físico del Club, se despide de la que ha sido su casa durante toda su vida, tras pasar por todas las categorías como jugador, desempeñar la labor de Director de la Escuela, además de monitor y Entrenador de la Escuela y la Academia.

Nacho Torrescusa es un ejemplo de superación, honestidad y pasión. Un hombre trabajador que sabe transmitir a jugadores y jugadoras y a todos sus compañeros su capacidad de lucha, el amor por el club y la persistencia para dar siempre un paso más allá.

Desde el Club Balonmano Alcobendas te deseamos lo mejor en tu nueva etapa y te agradecemos tu dedicación, tu trabajo, tu ejemplo y profesionalidad.

¡Gracias Nacho!

Carta de Despedida de Nacho Torrescusa

Nos volveremos a ver

Querida familia,
Gracias. Por tanto. Me es imposible separar lo que soy de este club. Igual que no se puede dar el valor que se merecen a aquellos que han hecho que este llegara a ser lo que es hoy. Se me ocurrió empezar hablando de la primera vez que entré a los Sueños pero probablemente fue tirado en un carrito por mi madre para ver a mi padre. Y creo que esa simple anécdota es el mejor reflejo de lo que es el Balonmano Alcobendas para mi.

Un club, una familia. Y como en todas las familias hay grandes momentos, días difíciles, cenas de Navidad, graduaciones, fiestas. Siempre fue mi eslogan favorito por todo lo que conlleva. Humildemente creo que un club en el que al llegar el entrenador de turno, con su medalla al cuello de campeonato de España, de Europa o del mundo que lo primero que haga sea coger la mopa y limpiar la pista, un club en el que el entrenador con más currículum se dedica a entrenar alevines en la Escuela (eres un ejemplo en todo Papá) y un club en el que su presidente de honor es saludado y respetado por los jugadores de la Academia es de una grandeza incalculable – gracias por todo tu cariño Justo – .

De mi paso por el club me llevo a esas madres, padres, voluntarios, fotógrafos, al señor lobo (Don Jose Ávila, gracias por todo lo que haces), a papá Manza y sus barbacoas, a la generación del 2003, a Alicia, a la cosecha del 94 y los MacLarens – cuántas horas, balonmano y viernes por la noche hemos tenido -, el Handball Spirit, Eva, Mejía, Mofly, Javi, Raúl, la medalla en León, el ascenso en Ribadavia, volver a Asobal – bendita locura de año, de equipo y de grupo humano- y sobre todo a decenas de amigas y amigos.

Porque nuestro club es comprar el pan en la Espiga, tomarse algo en el Andy, apurar hasta el último minuto en el Pablo Iglesias porque estás de exámenes pero toca entrenar. Es recoger los carteles de la Escuela en Cosmar (gracias Alfonso por tanto), bloquear la ciudad para montar un torneo de 12 horas y que los mayores se encarguen de arbitrar y dirigir a los peques, es resbalarse en el Bachi, pasar frío (y calor) en los Sueños, es quitar y poner gradas, es que las madres y padres tengan su propia Escuela y es sentirse orgulloso de decir, allá dónde vamos y nos preguntan todos, como nos llamamos.

Gracias. Porque me lo he pasado muy bien. Me habéis regalado ese cosquilleo que los que hemos jugado y entrenado a esto sabemos que es, pero no cómo se explica y por lo que muchos nos tildan de locos.

He tratado de transmitir la importancia que tienen para mí cada una de las personas que me han ayudado. He tenido el privilegio de ser compañero de algunos de los mejores entrenadores que he tenido como Dani, Ángel, Checu, Alex Mozas, Edu Berta, Álvaro, Borja Maza, Rubén Esteban, Javi Centeno, Laura, Alberto, Pueyo, Manu y muchos más.

A mis otros compañeros, los que vienen y son la continuación de un bello proyecto con los cuáles he pasado algunas de las derrotas más amargas de la vida y he saboreado victorias indescriptibles como el sabor de nuestra fuente. A mi hermano Carlos (no hay palabras para describir tu apoyo), a los hermanos Cañete, Kyran, Iker, Carmen, Andrino, San José, Cameo, Marina, Arenal, Rubén, Marta, Polo, Alonso, Mikel y otros tantos.

Gracias también por su paciencia a todos los que han compartido tiempo conmigo, monitores, entrenadores, equipos y juntas directivas que confiaron en mí. Gracias de manera muy especial a esos jugadores, porque siempre estuvieron dispuestos a dar más, a escuchar, a aprender, os habéis pasado el juego en modo Leyenda siendo un ejemplo de los que significa amar este deporte.

Pase lo que pase siempre quedará el legado. Al igual que los símbolos y el poder de las ideas tiene ese valor relativo que se revaloriza con el tiempo.

He cumplido muchos de los sueños que tuve aquí.

Por todo ello y mucho más, gracias.

Siempre seré una garganta que grita al viento que Alcobendas es de primera, el orgullo de nuestra ciudad.